1) Porque votar nos hace sentir protagonistas de lo que pasa en la vida. Y, esa es una sensación linda que se siente en el estómago. Es un forma de amor a la democracia.
2) Porque es una obligación que nos impone nuestro destino social. Respetar esa obligación nos da derechos para el futuro, aunque no siempre los hagamos cumplir.
3) Porque en días como hoy los argentinos vamos a tener un tema común, de Ushuaia a La Quiaca, para hablar. Será imposible que no discutamos pero estaremos unidos por un mismo tópico.
4) Porque lo que parece un hecho irreconciliable todos los días, en cada mesa de cada escuela de cada pueblo se refuta. Y, así verás a cristinistas sentados casi en la misma baldosa con macristas, massistas o lo que fueran. Y, con suerte al mediodía también compartirán algún mendrugo.
5) Porque es el día que vas a ver a más políticos compartiendo el mismo trabajo, codo a codo.
6) Porque hoy dejamos de ver alrededor y dejamos de criticar al otro. Estamos obligados a mirar hacia delante, hacia el futuro y eso siempre siembra esperanza.
7) Porque la ley nos indica que hoy elegimos candidatos y, en lo más profundo, de nuestras locuras y transgresiones, somos ciudadanos a los que nos gusta cumplir con la ley.
8) Porque a los que no les entra en la cabeza que hay que cumplir con la ley no les quedará otra que ir a votar. Por las dudas, no vaya a ser que necesiten hacer trámites y se les complique la tarea. Además, ¿a quién le gusta pagar multas?
9) Porque votar es poner el cuerpo, es tomar decisiones y recordemos que la indiferencia nunca nos llevará a ningún lado.
10) Porque al fin y al cabo cuando sepamos los resultados y pase el tiempo podremos repetir la muletilla de siempre: “yo no lo voté”.